Suele ser mi cumpleaños el día en que estoy más feliz en todo el año. Por alguna extraña razón cumplir 16 no me gustó para nada. Me aterra, juro que me aterra ese número, tiene una curva, tiene panza y personalmente prefiero los números más rectos (11 14 15 17). Si tengo que hablar del festejo, estaban los que me demostraron que siempre estuvieron, fue como suelen ser mis salidas ultimamente, en las que hubiera sido mejor quedarme en casa con mucho helado y la pasaba bien. (bueno tampoco para tanto, tengo un par de amigos que me alegraron la noche). Es así, vamos creciendo y las cosas que hacemos van camiando, pensamos distinto, pasamos esos días con diferentes compañías, no se, un montón de cosas que hacen que uno se de cuenta que está cumpliendo años, que está creciendo. No se si está tan bueno, en algunas cosas si pero cuando era chica veía a los 16 como algo de otro mundo. Y mirame, aca estoy, mirame lo que soy ... de todas maneras, tampoco la pasé tan mal, tampoco estoy mal. Estoy bien, es más, en mi mejor momento; pero cumplir años siempre me pegó un poco mal.
En fin, sigo sosteniendo que los 16 son una cagada y no me gustan para nada.
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